Para que la memoria perdure es preciso que los insignes personajes de una ciudad queden reflejados en libros, esculturas, monumentos, museos, etc., con el fin de que el pueblo llano o culto, así como las presentes y futuras generaciones, nunca olviden la honda huella que ellos dejaron en la historia local, provincial y nacional.
No todos los pueblos tienen la inmensa suerte de tener hijos abnegados e ilustres que la aman sobremanera y trabajan tanto por ella como nuestro buen amigo Eduardo Jiménez Torres, que es “un ubetense de Úbeda” (como él mismo se define), safista de pro, incansable en la búsqueda de la noticia y del personaje que destaque en cualquier materia que se precie, especialmente si el ubetensismo es su norte y guía. Úbeda le debe tanto a Eduardo que nunca le podrá pagar tanto cariño, dedicación, empeño, amor, celo… como él le ha regalado desde que era bien joven en los distintos medios escritos o audiovisuales; y, seguramente, que se irá al otro mundo con las botas puestas, enchufado siempre a la información, la entrevista y la investigación periodística.
Eduardo es una persona entregada desde siempre a su ciudad natal que tanto ama, sirviéndola desde distintos puestos, pero con un común denominador: que todo lo que ocurra en ella sea bien conocido por el público a través de sus publicaciones periodísticas, entrevistas o monográficos sobre la multitud de personalidades que engrandecen esta “Ciudad de los Cerros” que es el epicentro cultural de la provincia del Santo Reino.
Por eso la ciudadanía y el ayuntamiento de nuestra ciudad no deben dejar pasar la ocasión de proporcionar un espacio museístico apropiado a nuestro personaje, en el que se expongan la multitud de documentos, esculturas, fotografías, vídeos… que él tiene en su piso de la calle Esquina Cortijos, puesto que alberga un material inmenso que no debemos perder por desidia o dejadez de unos u otros. No podemos esperar a que nuestro personaje muera sin que él mismo vea inaugurado ese museo. Siendo Úbeda “Patrimonio de la Humanidad”, perdería demasiado. Debemos proporcionar el mencionado museo a todo ubetense o turista que quiera conocer bien nuestra ciudad, pues lo tenemos todo a la mano: el personaje, Eduardo Jiménez Torres, y su inmenso material que bien refleja la historia de Úbeda desde el personalísimo parecer de este empedernido periodista que ha ido recogiendo noticias y primicias de ella desde temprana edad.
Ha de ser en un edificio emblemático de la ciudad, que tenga bella arquitectura y en el que luzca holgadamente todo lo mucho que tiene muestro personaje en su haber y que estaría gustoso de donarlo para que el pueblo de Úbeda, por mediación de sus autoridades democráticas, fuera el garante de la riqueza cultural y etnográfica que posee.
Solamente es necesario que las autoridades competentes se den cuenta de la bicoca que se les ofrece y se pongan manos a la obra para que Úbeda se enriquezca aún más. Así, cualquier avezado turista o visitante, se verá complacido enterándose de la historia viviente y reciente de tantos personajes ilustres como son: Joaquín Sabina, Antonio Muñoz Molina, Eduardo Jiménez García “Zorrica padre”, Carnicerito de Úbeda, el propio Eduardo Jiménez Torres, etc.
¡Qué pena que haya tanta desmemoria en nuestra sociedad para este singular personaje! ¿Para cuándo el Museo “Eduardo Jiménez Torres”?
Torre del Mar, 1 de agosto de 2024.
Fernando Sánchez Resa