Estoy seguro de que, si este discurso que he preparado para ustedes lo hubiese hecho un alumno interno de nuestra promoción, hubiese sido mucho más substancioso e interesante que lo que yo les pueda contar aquí.
En octubre de 1970 (hace nada menos que 53 años, hoy tengo 69) yo era un chico tímido que venía del Colegio de los Salesianos de Úbeda, Jaén, (en donde aún no habían despertado con fuerza la innovación educativa y las libertades individuales o colectivas democráticas) y que se encontró con este oasis de libertad, en plena época predemocrática, en la que ya se movían los hilos, especialmente aquí, en la Safa de Úbeda (quizás como eco de la movida del mayo del 68 en París) y en donde la protesta social se barruntaba y cocía, así como el renacimiento de la izquierda, pues había buen caldo de cultivo para ello. Aquí pude aprender mucho, en todos los campos, no solo en el académico, consiguiendo nuevos amigos, comprobando distintos puntos de vista, contactando con mi futuro amor…; todo ello amenizado con la música del momento y la apertura política que se iba produciendo en España; siendo más progresistas y avanzados los jesuitas que los salesianos, ya que -desde siempre- han sido punta de lanza. Las misas diarias no eran ya obligatorias ni ciertos servicios religiosos (ejercicios espirituales, etc.) tampoco…
Con las ilusiones intactas, en el autobús que nos llevó a Galicia
Hice novillos o maula, como le llamábamos de pequeños (acción que observo frecuentemente en los alumnos de Secundaria, principalmente, todos los años en las calles de Sevilla), por primera vez, ya que nunca lo había practicado (lo confieso aquí, también por primera vez, públicamente), pues siempre había sido un chico bien educado que no quería dar disgustos a sus padres, sino todo lo contrario, ofrecerles buenas notas y una carrera de maestro para que ellos se sintiesen orgullosos de mí. Los realicé en primero y segundo de magisterio, pero sin que ello trascendiera ni nadie me llamase la atención, puesto que yo seguía siendo el chico formal y educado de siempre. Era uno de mis secretos mejor guardado.¡Qué contento se puso mi padre cuando obtuve el título de Maestro de Primera Enseñanza y Religión Católica! Para él fue un orgullo que su segundo hijo llegase a ser maestro, lo que suponía un ascenso social importantísimo y de gran calibre para él y su familia. A mí me hubiese gustado irme a estudiar -a Granada- Historia del Arte, pero como veía que era imposible, en una familia pobre como la mía, con cinco bocas que alimentar, incluyendo a mis padres, y en la que solo entraba el sueldo justito de mi progenitor que trabajaba en Casa Biedma, a pesar de tener beca, ni siquiera se lo verbalicé ni pedí por no incomodarlos. Desde aquí, mando un recuerdo emocionado a mis padres ya fallecidos, siendo una familia pobre del montón, agradeciéndoles su largueza y amor en la educación y el cuidado que siempre me profesaron, especialmente en el tema de las emociones, siendo yo, por naturaleza, un chico tímido, introvertido, romántico y sensible.
Paneles de mis prácticas, en 3º de magisterio, en el colegio “Santísima Trinidad” de Úbeda
Hice la carrera de magisterio, según el Plan 67 que constaba de dos cursos académicos, con 14 asignaturas cada uno, una reválida en Jaén, un campamento en la Alfaguara y el albergue en Granada (durante un mes del verano de primero a segundo, 1971) y un tercero de prácticas completas remuneradas por trimestre (13500 pesetas -de las de antes-; por tres trimestres trabajados, ganábamos el montante de 40500 rubias, nada menos); parecía que cada curso llevaba una intención y carga educativa diferente, ya que primero fue un curso al modo tradicional con clases magistrales y exámenes al uso, mientras que segundo fue la pera: una innovación total con la enseñanza individualizada y personalizada por montera, con las trepidantes puestas en común y los múltiples y variados trabajos individuales, súper copieteados por unos y otros, dándose la paradoja que al trabajo original, demasiadas veces, solía otorgársele peor nota que al copiado. Lo bueno es que los amigos nos dividíamos los variados trabajos de las diferentes asignaturas y así estrechábamos amistad y profundizábamos en conocimientos tanto académicos como de la vida universitaria y colegial. ¡Así se escribió nuestra historia vital!Esa sensación primigenia de soledad que tuve en el paraninfo o patio de columnas se fue trocando lentamente en buena compañía y amistad, prolongándose con buenos y sempiternos amigos como Juan Ramón Sánchez Chinchilla, Miguel Consuegra Melgarejo, Margarita Latorre García, Rosa Mari Llinares Armengot, Conchi Romera Sánchez, Rosario Fernández-Montes Fernández, Paco Rubio Rodríguez, reencontrado en Sevilla tras casi 50 años de ausencia, etc.
He de reseñar hoy aquí el impacto de ciertos profesores que me/nos hicieron descartar o amar tiernamente sus asignaturas e incluso cursar una segunda carrera, como me pasó a mí con don Lisardo Torres Torres, con la psicología que estudié en la UNED trabajando, mientras tanto, por esas escuelas de Dios que la vida y mi suerte me depararon.
O las prácticas escolares de don Manuel García Tejada que llegaría a ser mi tío político y que me animó mucho en todo, incluso en el arte de escribir y redactar.
Me impactaron los trabajos manuales de don Doroteo Ocaña o el profesor de dibujo, don Matías Crespo Nieto, que era un artista novedoso de los pies a la cabeza…
En primero, las clases de Geografía e Historia fueron una filfa o farsa declarada, pues don Julián Hermosilla se limitó a que nos repartiéramos el temario entre los alumnos y que cada uno preparase y explicase un tema al resto de sus compañeros.
O la Lengua de primero, con el Padre Artillo, don Julio Artillo González, que traía muy buena fama como profesor pero que apenas comenzamos el curso nos dejó en la estacada, después de haber comprado un tocho de libro que casi no usamos, marchándose a Sevilla por amor a su futura esposa y/o a la política.
O en 2º, la incompetencia y nulidad de don Rafael Flores Martínez, el profesor de Física y Química, que en cursos siguientes fue expulsado a petición de los alumnos por su incapacidad para enseñar.
O de doña María Dolores Vergel Fernández, la “Loles”, como la conocíamos vulgarmente, profesora de Lengua y Literatura, en segundo, que siempre iba acompañada del Padre Fernando Morales de los Ríos, que entonces era el director de la Safa ubetense. Y que tengo entendido volvió a sus aulas originarias, tras el paréntesis de darnos clase en magisterio. Nunca podré olvidar sus descuajeringantes puestas en común a las una en punto de la tarde…
El padre don Jesús Mendoza Negrillo, siempre tan atento y preocupado por nosotros, con eso de la actitud y la aptitud, dos conceptos pedagógicos de evaluación muy en boga en nuestro segundo curso, con la asignatura de Historia que nos impartía; y que sirvió para mucho cobeo también, en donde algunos exámenes se hacían por confesión oral en su propio despacho, al mismo tiempo que él estaba haciendo el doctorado en Historia en la Universidad de Valencia, ausentándose lo justo para presentar sus trabajos o hacer sus evaluaciones personales y hacer un gran servicio a la institución SAFA…
O el padre Téllez, don Juan Téllez Palma, que era precisamente de la tierra en la que llevo veraneando mucho tiempo (de la Axarquía y/o Vélez-Málaga; y cuyo apellido veo impreso en rótulos y oficinas varias todos los veranos en Torre del Mar), impartiendo la asignatura de pedagogía, hinchándonos a hacer pósteres y trabajos similares para encauzarnos deslavazadamente, con el fin de que conociésemos y nos familiarizásemos con las corrientes pedagógicas más importantes de la historia.
Cuatro magníficas actrices de “Hoy es fiesta”, de Buero Vallejo: Susi, Maribel, Jovi y Margarita
Y, por aquel entonces, el hermano don Diego Casares (que luego llegaría a ser padre), con sus atípicas clases de música, y la dirección del coro de la Safa (al probarme por primera vez, me dijo que era un bajo clarísimo), todo campechano él, y especialmente con sus exámenes en los que más de uno copieteaba tan ricamente, incluso con el libro abierto encima de la mesa. No me refiero a mí, pues yo no lo hice nunca, que quede claro…
No sé si era éste el profesor que si no habías acabado el examen te lo podías llevar a tu casa o al internado y entregárselo otro día (¿o era el padre Téllez?). Vamos, la liberalidad más absoluta, para ir concienciando al alumno de su propia autoevaluación…
O el padre Bel, don Horacio Bel Díaz, con sus dinámicas de grupo y/o clases de religión, novedosas y socialmente ambiciosas, siempre queriendo ayudar a todo el alumnado, especialmente al desvalido o necesitado, con originales puestas en común en las que cada cual defendía la opción religiosa que quería, preparándose a fondo para ello. Yo defendí la fe de Mahoma -como si de un convencido ismaelita se tratase- y recuerdo cómo todos íbamos a machacar a nuestra religión católica pues era (o al menos eso nos lo parecía por aquel entonces) la única que tenía defectos y pocas virtudes. ¡Paradojas de la edad juvenil y de la inexperiencia tan temprana!
Traigo a la memoria colectiva el trauma que nos produjo -a algunos- tener que comprar los libros en segundo de magisterio para ser dejados en la biblioteca comunal de la clase o de las aulas de magisterio, haciendo todo lo contrario que en primero de magisterio, puesto que cada uno tenía sus propios libros; aunque algunos compañeros sé que los compraron dobles para tenerlos siempre a mano y más para la reválida de segundo de magisterio, en Jaén, puesto que había que elaborar temas y se necesitaba con urgencia ese material bibliográfico…
Cuadro escénico de “Hoy es fiesta” de Buero Vallejo
No puedo olvidar el cine fórum de la Safa, con Manuel Carmona Jiménez de moderador o ponente, entre otros, tras el visionado de las películas más impactantes; y de los que ya se han marchado a la Casa del Padre demasiado pronto, pero que siempre vivirán en nuestro recuerdo: Salvador Cascales Díaz, con su juventud y simpatía a raudales, que segó su vida en un accidente automovilístico en Alemania, donde estaba de maestro y con pareja germana que nos presentó (a Margarita y a mí) un día cuando bajamos a Jódar para saludarle; Antonia Poyatos Moreno, la mayor de las cuatro inteligentes hermanas ruseñas, hijas del portero de la Safa de entonces (Matías Poyatos); Isa Cruz Fernández, tan súper inteligente y artista, prematuramente arrancada de la vida; Manolo Carmona Jiménez, gran portero y deportista siempre, ponente del cinefórum Safa; Pepe Jiménez Puertas, el más mayor de ambas secciones, con sus múltiples anécdotas de vida, siempre alegre y locuaz, sirviendo de ejemplo a seguir por muchos compañeros, pues ya fumaba abiertamente y ligaba con frecuencia y desparpajo; Rosario Fernández-Montes Fernández, siempre tan dulce, alegre, simpática y servicial; Alberto Molino que iría a parar a su exilio sevillano, añorando siempre vivir en Úbeda, aunque era de Linares; Manoli Roa López, cuya simpatía la recordaremos siempre; Juan José Cano de la Cruz, sabioteño que estuvo toda su vida de maestro en los salesianos de Úbeda hasta su jubilación…
«Loles» y un servidor (de mendigo) en el baile de disfraces
Lo mismo digo de los profesores fallecidos que yo creo que ya son casi todos, a excepción de D. Macario Déniz que vive con su hermana en las Islas Afortunadas de donde él era y nuestro querido Padre Bel que todavía anda prestando sus servicios de jubilado jesuita en Alcalá de Henares, creo, según me comentaron en la comida fraternal que tuvimos en el Ciudad de Úbeda. D. Jesús Mendoza Negrillo que murió de alzhéimer en Málaga, después de haber hecho tanto bien allá por donde pasó y haber sido nombrado hijo adoptivo de Úbeda con todo merecimiento; D. Lisardo Torres Torres que se nos marchó tempranamente a sus 49 años, teniendo tanta valía humana y académica en su haber; D. Jesús Moraleda Muñoz, hombre de gran corazón y bonhomía que tanto nos enseñó de la vida y de las ciencias naturales pues era veterinario y buen profesor; el Padre Horacio Bel que vino a nuestro 25º aniversario y creo que estuvo bastante tiempo de párroco en una iglesia de Jerez de la Frontera (Cádiz) de donde él era y que sigue vivo en Alcalá de Henares, aunque he intentado varias veces contactar con él pero no lo he conseguido. Siempre lo recordaremos por su pausado hablar y sus despistes soberanos, propios de una inteligencia superior…
He de mencionar también nuestras obras de teatro, sana costumbre safista de todos los cursos de magisterio, estrenadas y súper ensayadas, en el inmenso y novedoso salón de actos Safa. En primero: La persona buena de Sezuan de Bertolt Brecht y Otelo de Wiliam Shakespeare; en segundo Hoy es fiesta de Buero Vallejo; y en tercero, En busca del hombre perdido de nuestro compañero y buen amigo sileño, Juan Ramón Sánchez Chinchilla, el “Chinchi”, además de haber escrito otras dos obras teatrales a tan temprana edad: La diosa Andalucía está dormida en contra de la Andalucía de pandereta y El muro. Se podrían contar tantas anécdotas y batallitas que habría para escribir un sustancioso libro. Nunca se me olvidará como, estando yo en escena con otro personaje de la obra En busca del hombre perdido, mi nerviosismo me hizo decirle mi nombre al personaje con quien hablaba y la carcajada general que soltó el público asistente fue soberana…
Equipo sénior Safa-Úbeda de baloncesto
Nunca olvidaré que pertenecí al equipo sénior de baloncesto de la Safa y que hicimos muchos viajes por toda la provincia de Jaén que tanto nos enriquecieron. No fuimos de los mejores, pero sabíamos ganar y encajar la derrota como buenos deportistas safistas. No llegamos a jugar la final del gobernador en el antiguo campo de la Victoria de Jaén, pero pasamos unas jornadas gloriosas y entretenidas muchos fines de semana…
Mi historia educativa es la de cualquiera de mis compañeros de promoción hasta acabar en este cincuenta aniversario en que la jubilación nos ha arropado a todos con su ventajoso manto y en la que ejerzo de abuelo enamorado (como muchos de vosotros) de mis dos queridos nietos, Abel y Saúl, que son la mayor alegría de mi existencia actual, como muchos de ustedes saben, pues no solamente no lo oculto, sino que lo publico en las amables y lúcidas páginas webs de AAMSU y RECREO SAFA y DIARIO JAÉN.
Rememoro también los viajes que hicimos, tan enriquecedores, desde todos los ángulos y con la novedad que ello suponía para muchos de nosotros.
En primero estuvimos en un colegio de Córdoba capital, para ver y palpar de primera mano cómo era la enseñanza individualizada y/o personalizada que nosotros íbamos a disfrutar-padecer en segundo de magisterio.
Recordar también el viaje a Cástulo (Linares), en segundo curso, con esa inocencia y generosidad de nuestros juveniles años y que sería la chispa del amor de mi vida, aunque eso se produjera, tras mi mili en Melilla y Chafarinas, que sería cuando se formalizara en noviazgo y boda. Llevamos, Margarita y yo, casi 45 años de casados (rara avis en esta sociedad enloquecida) y Dios nos premió con dos hijas maravillosas (Margarita y Mónica) y dos guapos nietos sevillanos, entrañables y amados (Abel y Saúl).
El viaje a Galicia fue el premio merecido de fin de curso de nuestro período estudiantil en los jesuitas y otro eslabón más para conocernos a fondo el curso completo (ambas secciones, A y B), más y mejor, aunque no fueron todos como nos hubiera gustado a más de uno; en definitiva, allí se consolidó como líder indiscutible -cual topo humano desinteresado- Antonio J. Ortega López que pilotó todo su entramado, preparación y desarrollo, cual adalid de nuestra inolvidable promoción de magisterio 1970-1973. Yo le tenía admiración por lo ligón y líder que era; y más cuando me enteré de que -acabada la carrera- se fue a Paraguay (creo) con su incondicional amigo Bonifacio Talavera Sotoca, alias el “Boni”, a poner en práctica la ayuda humanitaria de izquierdas que precisaba su población, sojuzgada por el régimen dictatorial; aunque tuvieron que salir precipitadamente -y por mar- para salvar la vida, porque las autoridades de allí no se anduvieron con chiquitas. Una epopeya que podría ser un best seller, si la escribiese alguno de los dos.
Viaje de Estudios de Magisterio. Plaza mayor de Salamanca
Hablando de ligones, había otro en nuestra sección y curso: Juan Manuel Martos Ortega, que era el consuelo y refugio de todas aquellas féminas que querían sanar su mal de amores en su hombro o pecho amigo. Y no digo más…
Tengo que referir aquí la putada que le hicieron a algunos varones de nuestra promoción (Paco Valdivia, Paco Utrera Páez, no sé si Mateo Calero Moreno, etc.) obligándoles a irse a la mili -que por entonces era de obligado cumplimiento-, tras el primer o segundo curso de magisterio, interrumpiendo drásticamente el proceso educativo emprendido, porque a algunos no les concedieron la prórroga por estudios y quedaron descabalgados de nuestro curso para siempre.
No tengo más remedio que referir aquí -también- la diáspora que se produjo en nuestro curso, como en el resto de las promociones pasadas y futuras, tras acabar magisterio, pues unos optaron por quedarse en la Safa andaluza y otros, tras ser seleccionados para dar clase en el San Severiano de Cádiz, optamos por opositar a la pública (como mi amigo Miguel Consuegra Melgarejo y otros) y ahí hemos estado varias décadas. Yo, con 41 años de servicio docente, porque el período de la mili que estuve ejerciendo de maestro alfabetizador me contó para los trienios y la jubilación, como a otros tantos compañeros maestros o licenciados.
Isla de la Toja. Viaje de Estudios de Magisterio
Quiero comentar el acto de valentía y bastante de temeridad que protagonizó nuestro padre Horacio Bel cuando, en la iglesia de Santa María de los Reales Alcázares de Úbeda, dejó de celebrar la santa misa al predicar sobre el arrepentimiento del cristiano y fundamentar que no era sincero ni real por parte de los católicos asistentes, incluyéndose él mismo, aunque viniesen a la santa misa, optando por esa medida radical que le costó más de un disgusto a él y a los propios padres o hermanos jesuitas de Úbeda.
D. Macario Déniz Ojeda, joven pedagogo que levantaba pasiones entre las féminas de magisterio…
D. Emilio Ocaña, profesor de F.E.N. y Gimnasia, como se llamaba entonces, que no E. F., al que le hicimos el plante de no dar clase y/o hacer un examen, que era hijo de don Doroteo Ocaña, quien se declaró en huelga de hambre por ese motivo y se encerró en la iglesia de los jesuitas, en un confesionario; y parece ser que le dio un infarto y apareció muerto, a pesar de practicarle la respiración boca a boca…
D. Marín Carbajo Carbajosa, profesor de Matemáticas en primero de magisterio. Maestro bien preparado y sincero. Resolvía todas las dudas e hizo que amáramos las matemáticas modernas (conjuntos, grupos, subgrupos, anillos… ¿os suenan?) que ya se había abandonado en Francia, pues como siempre íbamos y vamos a la zaga…
En Pontevedra durante nuestro Viaje de Estudios
El hermano Diego Casares que -en primero- nos dio clases de Música y Lengua, además de dirigir el coro de la Safa, y con el que nos iniciamos en nuestra amada flauta dulce. En segundo, fue sustituido por D. Jerónimo Morales García, alias “Jeromo”, que así lo llamábamos coloquialmente, gordito y bajito, y que era director de la banda municipal de Baeza. Entonces fue cuando empecé yo a componer música muy someramente (que después no continué, por desgracia) y me sentí muy agraciado por ello.
La melodía sudamericana El cóndor pasa, ejecutada con la flauta dulce e interpretada con mucho sentimiento y admiración con nuestra digitalización musical naciente; así como el Himno a la alegría de Beethoven, popularizado por Miguel Ríos, aún resuenan en mi mente y se me pone el vello de punta cuando las oigo.
Una grabación teatralizada estupenda fue la que hicimos sobre el Cantar de los Cantares de la que siempre me sentí muy orgulloso, pues puse voz radiofónica a uno de sus personajes principales…
El impacto que produjo cursar tercero de magisterio, haciendo las prácticas en colegios de toda Úbeda, públicos o privados. Unos optaron por quedarse en la Safa y otros pedimos la pública y aterrizamos, como yo, en el Colegio de la Santísima Trinidad, en donde no sé si aún quedan huellas visibles de nuestro paso por allí, con aquel pirograbado inmenso que lucía encima del banco de su columnado primer patio, en el que el artista y compañero Francisco Tallante Barbero pintó a Jesús Nazareno bendiciendo los Cerros de Úbeda y lo pirograbamos entre varios.
Papeando en La Toja durante el Viaje de Estudios
Solo volvíamos por las tardes a la casa madre Safa para recibir unas charlas muy interesantes de mano de don Lisardo Torres Torres, don Manuel García Tejada, don Juan Pasquau Guerrero… que no todo el mundo supo aprovechar. La tontuna de nuestra edad tenía mucho que ver al respecto.
Y aquí nos vemos ahora, los que hemos sobrevivido a tanta experiencia educativa y vital, los que hemos tenido la suerte de jubilarnos e ir disfrutando ya de casi una década de pacificación y sosiego fuera de las aulas, y los que hemos querido y podido asistir a nuestro cincuenta aniversario para festejar que simplemente estamos vivos, que seguimos contentos con lo que Dios y la vida nos ha regalado, echando de menos, en estos momentos, a todos los que se fueron desgraciadamente antes de tiempo, pues aunque sabemos que el morir viene impreso conjuntamente con el nacer, no está de más poder llegar a jubilarse y paladear el fruto goloso y generoso de tanto esfuerzo, sacrificio y tesón. Gozan de mi respeto los que no hayan querido o podido venir por alguna circunstancia o simplemente porque la experiencia de sus estudios aquí no fuese lo grata y placentera que ellos esperaban. Tienen derecho a quejarse, si les place, o a no asistir, si no les apetece; aunque les aconsejo que se quiten la espina y que se queden con lo positivo de nuestra estancia aquí, pues penas y quejas siempre podemos tenerlas todos y no vale la pena ponerlas en permanente escucha, resentimiento y vigilia.
Viaje de Estudios. Plaza mayor de Salamanca
Universidad de Salamanca. Viaje de Estudios
Va por todos los presentes y, especialmente, por todos los de mi promoción de magisterio 1970-1973 (los presentes y los ausentes forzosos o voluntarios): muchas gracias Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia de Úbeda por habernos dado tanto a cambio de casi nada. Somos personas civilizadas y cultas que hemos podido paladear la vida dejando huella profesional, educativa y humana allá por donde hemos pasado cada uno de nosotros.
Larga vida a la Safa de Úbeda y ojalá se animen las nuevas generaciones de egresados que cada curso abandonan sus aulas para apuntarse a la ocasión que anualmente les brinda -gratuitamente- esta amable y acendrada Asociación de Antiguos Alumnos de la Safa cada primer fin de semana de junio, todos los años, para que sean agradecidos y volviendo la vista atrás sepan reconocer que seríamos otras personas muy distintas si no hubiésemos pasado por esta inmensa tahona educativa que todo lo dora y transforma cual alimento educativo imperecedero.
¡¡VIVA LA SAFA DE ÚBEDA!!… ¡VIVAAAA!!
Salón de actos de la SAFA de Úbeda, 3 de junio de 2023