Casi rendido ya el último viaje

repaso los avatares de la vida,

que me han negado la fuerza debida

para colmar mi historia y mi bagaje.

 

Contra las asechanzas del destino

luché entre maldiciones y alegrías

en la espera favorable algún día

que aplanase el relieve del camino.

 

Pero hallé por refugio la enseñanza,

de mi espíritu asidua compañera,

insuflando a la vida una templanza

 

de moral y saberes mensajera.

Ella me hizo soñar, con la esperanza

de convertir mi mundo en primavera.

 

Cartagena, 14 de junio de 2021.
Juan Antonio Fernández Arévalo

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