Úbeda, la de las suaves colinas,

donde cada rincón es monumento,

cada piedra un canto al Renacimiento.

La Historia saluda mientras caminas

 

por estrechas calles y miradores,

con palacios, iglesias y torreones,

saturada de dulces emociones

que custodian platónicos amores.

 

Desde el Hospital hasta el Salvador,

en ruta sugestiva y esplendorosa,

Vandelvira nos lega Arte Mayor:

 

Una Florencia andaluza y hermosa.

Un mar de olivas con mágica sierra

protegen el paraíso y lo cierran.

 

Úbeda de mi infancia y juventud:

añoranza, recuerdos…gratitud.

 

Desde Cartagena, noviembre de 2020.

Juan Antonio Fernández Arévalo.

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