Siento y padezco, por empatía, la frustración de las varias promociones de AA. AA. que este año les tocaba pasar por el ecuador de sus cincuenta y veinticinco aniversarios. En su fiesta íbamos a caber otros tantos veteranos que ya pasamos por la feliz frontera. Nos hubiésemos sentido también protagonistas  de ese concierto sinfónico en que se convierten los encuentros safistas: una conjunción de afectos y recuerdos beneficiosos.  Pero el pequeño virus nos ha roto la esperada fiesta y hasta el olivo de la Safa se verá privado de recibir las hojas otoñales a las que tanta vitalidad le gusta transmitir en esos agraciados días.
El tiempo tiene la potestad de abrir paréntesis y cerrarlos sin contenido, pero sigue y nos emplaza para una próxima ocasión. Todo estará un poco más apretado, pero habrá doble concierto. Nuestro director, Paco Bordés, sabrá elaborar un gran programa como suele hacer. Para cuando eso llegue, solo contaremos con la capacidad de sentirnos juntos y disfrutarlo, ni más ni menos.
Un abrazo para todos.
Pedro Mora 
Zaragoza, 25 de mayo de 2020   

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